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Recomendaciones para su elaboración

- Hay que definir con exactitud qué información desea obtenerse por medio su aplicación.
- Elaborar reactivos que correspondan exactamente a la información que deseamos obtener. (Parece ser que éste es uno de los puntos en los que frecuentemente se falla, cuando al maestro le preocupa completar el número reactivos deseado, aunque descuide si realmente servirán para obtener la información que pretende).
- Prestar especial atención a la graduación de las dificultades; no se trata de plantear obstáculos insuperables, sino de presentar al alumno cuestiones con un grado de dificultad que corresponda a la capacidad que él debe haber alcanzado hasta la etapa en que se encuentra.
- Cuidar de que la prueba sea representativa de todo el contenido de aprendizaje que se pretende evaluar, esto es, que incluya con respecto a cada tema o unidad los puntos que más claramente manifiesten que se ha asimilado el tema en su totalidad.
- Expresar la aseveración en forma negativa sólo cuando sea absolutamente necesario.
- Las respuestas que se proponen deben tener congruencia gramatical con la aseveración (si la aseveración termina en "es la: ___" no pueden ponerse masculinos entre las respuestas).
- Si se pretende medir comprensión o capacidad de aplicación conviene que entre las respuestas se incluya cierta novedad.
- Todas las respuestas que se propongan deben ser plausibles (de posible aceptación) aunque una sola sea correcta.
- El planteo de la cuestión no debe sugerir la respuesta.
- La respuesta correcta debe colocarse en un orden variado entre las demás.
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